Infección

Infección y Emancipación

Entre los hitos médicos más importantes del siglo XX cabe destacar el control de la infección hasta límites insospechados y la emancipación del enfermo.

En el primer caso, las vacunas, los antimicrobianos y las medidas higiénicas han sido claves. La emancipación se explica por la pérdida del miedo a muchas infecciones junto a la conquista de derechos, no siempre bien aplicados. En el siglo actual se prolonga y acentúa la situación. El breve análisis de los tres siguientes apartados puede ayudar a una mejor comprensión.

Los enfermos. En España la emancipación, que ya era un hecho real, queda oficialmente reconocida en la “Ley Básica Reguladora del Paciente y de los Derechos y Obligaciones en Materia de Información y Documentación Clínica” (ley 41-2002 de 14-11). Pero con frecuencia no es consciente de las consecuencias que, para la familia y la sociedad, pueden tener conductas temerarias o simplemente inadecuadas en el campo de las infecciones.

Siempre se aprovechan los microorganismos patógenos. Los movimientos solidarios (ONGs) son muy activos en catástrofes, SIDA, Tuberculosis, paludismo etc., Con ayudas bien intencionadas pero no siempre correctas (protocolos diagnósticos o recogida y distribución de ATB).

Destaca la aparición de gran número de asociaciones de pacientes, cuyo objetivo lógico, la prestación de ayuda para los asociados, se puede convertir en un instrumento de presión. Se sorprenderá al saber que en España hay ¡¡mas de 1200!! autorizadas. Algunas son específicas como los 25 de VIH-Sida o la de hepatitis. En otros, el componente infeccioso es importante como en las 7 de fibrosis quística, en la EPOC o en las 16 asociaciones de infecciones respiratorias.

No es de extrañar las inmediatas reivindicaciones ciudadanas ante situaciones como alarmas epidémicas, escasez de antimicrobianos o vacunas, que ya han ocurrido en más de una ocasión. También ha mejorado el acceso a la justicia. Quizás es la muestra más evidente de la emancipación.

Las infecciones son dianas de reclamación pues además de infecciones como meningitis o toxiinfecciones alimentarías. Las complicaciones infecciosas suponen la mayoría de las demandas ginecológicas, quirúrgicas, etc. Lógicamente, en esta dinámica, se produce un incremento en espiral de oferta y demanda de información periodística que a su vez aumenta el impacto social de un tema tan sensible como el  de las infecciones (negligencias, epidemias, normativa, etc.)

Los profesionales sanitarios se han visto inmersos en la Medicina defensiva, tanto en la práctica convencional como en la elaboración de informes y peritajes. Los altos costes diagnósticos y terapéuticos de la infección están presentes en la mayoría de los conflictos lo que obliga a tenerlos en cuenta. Los documentos de consenso actualizados y la evidencia científica de las publicaciones constituyen unos magníficos soportes para la defensa y a la vez para la formación continuada.

En sentido más positivo, es conveniente su participación, al menos como asesores, en asociaciones de pacientes. El punto de vista del sanitario en protocolos de formación y recomendación de las Web mas fiables para información pueden ser un buen cauce para la educación sanitaria.

En la misma línea estaría la intensificación de la colaboración con los periodistas sanitarios.

La administración ha iniciado, desde hace unos años, intensas campañas de educación sanitaria en torno a temas como el lavado de manos, toxiinfecciones alimentarias, tratamientos o vacunaciones; y participa habitualmente en las celebraciones propuestas por organismos internacionales del “día de..”. Esta idea ha tenido tal éxito que se han declarado 145 días dedicados a problemas específicos.

De ellos 79 son sanitarios, 10 infecciosos concretos, tuberculosis, SIDA, paludismo… y “uso prudente de antibióticos”. Son tantos que algunos lo denominan ya calendario patológico. El objetivo es sensibilizar a los ciudadanos, aprovechando para hacer educación sanitaria. El riesgo es la saturación de información y la pérdida de eficacia de las campañas.

Por otra parte no siempre se logra la colaboración de todos a través de la educación sanitaria. A veces es preciso implantar medidas coercitivas de obligado cumplimiento como el aislamiento y la cuarentena. También podemos incluir el registro y declaración obligatoria por los sanitarios de las infecciones más problemáticas cuyo listado se ha incrementado hasta las 55.

Además, la legislación acerca de la seguridad alimenticia y control de plagas, faculta a las autoridades la actuación allí donde la voluntaria colaboración ciudadana no llega. Algunos ejemplos ilustran el necesario control; en los últimos años, a pesar de las insistentes campañas, fue preciso legislar prohibiendo el uso de antibióticos como promotores de engorde en veterinaria.

En medicina no fue suficiente la prohibición de dispensación sin receta. Solo cuando se penalizó esta práctica con importantes multas a las Farmacias se logró un aceptable cumplimiento. No se acaba de asumir que la emancipación del enfermo está limitada por el riesgo para los demás de transmisión, resistencias etc. que entrañan determinadas conductas. Las infecciones y sus tratamientos son el paradigma.

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Sobre el autor

Médico, fue profesor de varias universidades españolas donde trabajó sobre: diagnóstico, nuevos antimicrobianos, modelos de cultivo continuo y arquitectura de poblaciones bacterianas. Su labor se plasmó en numerosas publicaciones científicas, libros y artículos de divulgación. En Esfera Salud, sus artículos de divulgación sobre historia y actualidad de la Medicina, están dirigidos al público interesado en temas de Salud.

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