alcohol y Alzheimer: dos copas servidas en una mesa

Consumo moderado de alcohol y Alzheimer

Para 2050, la población mayor de 85 años se habrá triplicado, gracias a las continuas mejoras en la salud pública, los nuevos tratamientos, y las mejoras implantadas en los estilos de vida. No obstante este esperanzador resultado, es conveniente asegurar que esta mayor longevidad se realiza con un estado óptimo de salud, de manera que la calidad de vida de los longevos sea máxima.

Es bien conocido que el consumo moderado de alcohol a lo largo de la vida en sujetos sanos y sin restricciones para el consumo (como sería el caso de las embarazadas, los adolescentes o pacientes con enfermedades relacionadas con el consumo de alcohol y drogas, entre otras) resulta saludable y aumenta su esperanza de vida; es más, si el consumo es moderado como hemos dicho, se han descrito incluso mejoras en sus capacidades cognitivas cuando son muy mayores; aunque estos resultados, hasta ahora, no eran definitivos. Las capacidades cognitivas son las que nos permiten registrar la información del entorno y adoptar las medidas que sean adecuadas.

Publicaciones sobre Alzheimer

Según un reciente estudio publicado en la Revista sobre Enfermedad de Alzheimer por Richard y colaboradores, se ha encontrado relación entre la cantidad y frecuencia del consumo de alcohol y la longevidad. Así el consumo de hasta 3 copas diarias en mujeres y en hombres mayores de 65 años y 4 copas diarias en hombre menores de 65 años se asocia con una mayor probabilidad de llegar a los 85 años sin deterioro cognitivo respecto de los no bebedores; especialmente si el consumo era diario.

Estos resultados no recomiendan que los no bebedores deban empezar a consumir, pero sí que aquellos que por decisión propia y libremente hacen un consumo moderado y responsable pueden beneficiarse de éstos efectos.

No obstante, este estudio hace referencia solo al efecto sobre pacientes con Alzheimer; existiendo otras publicaciones en las que se alerta sobre el efecto que el consumo puede producir en el cerebro. Por ellos es importante tomar con cautela estas publicaciones, y esperar a que aumente la evidencia científica en este sentido.

Sobre el autor

Profesor Universidad Complutense de Madrid

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