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Dignifiquemos el Vergonzante Retrete

El Secretario General “la cagó”

Vaya por delante que expresiones como “la cagó”, consideradas como vulgares groserías, se están normalizando en la literatura y la comunicación.

“¡Basta ya de utilizar la naturaleza como un retrete!”. Exclamación despectiva para el digno retrete, que fue pronunciada por A. Guterres, Secretario General de Naciones Unidas (ONU) ante el reciente Pacto de Glasgow. ¿Llamó la atención de los medios de comunicación? Sorprendentemente la celebrada interjección no fue criticada por nadie. ¿Es que en la ONU no hay retretes o los han sustituido por la “naturaleza”?.

Lo peor fue la incoherencia de la frase con su cargo. La Asamblea General de la ONU, el año 2.013, acordó designar el 19 de noviembre de cada año el Día Mundial del Retrete con la propuesta: “Saneamiento para Todos”. Arrancaba así una campaña de toma de conciencia de la importancia del acceso sostenible al agua potable y al saneamiento básico.

Guterres pretendía con su frase realzar la importancia de la naturaleza, a costa de la injusta degradación del retrete. Debería saber que su noble uso es característica única de la especie humana, auténtico santuario de la intimidad humana; el más frecuentado por todos.

Se trata de un espacio donde, al estilo de un prototipo, se representa la naturaleza con toda su crudeza. Es la instalación sanitaria que más vidas ha salvado, sacando a los humanos de numerosos apuros y apretones. Ya se asumía en el lema de la campaña del 2.018: “Cuando oyes la llamada de la naturaleza, necesitas un retrete”.

“¿A quién le importan los retretes?”

Es la pregunta que se hace el lema 2.2021 de la ONU y la contestación se incluye  en el mismo. “A 3.600 millones de personas. Porque carecen de uno que funcione correctamente”.Aunque las cifras son discrepantes, las siguientes estimaciones pueden dar idea de la dimensión del problema.

Los excrementos humanos contaminan el agua de bebida consumida por unos 1.800 millones de habitantes. El 80 % de las aguas residuales no ofrecen seguridad sanitaria absoluta. Mil millones de escolares, migrantes, viajeros, turistas,…utilizan instalaciones sin garantías. La ONU cifra en 900 millones las personas que siguen defecando al aire libre. Más de la mitad de la población mundial, 4.500 millones, no cuenta en sus viviendas con sistemas que eliminen los excrementos de forma segura.

Los datos son demoledores; cualquier deficiencia puede resultar un foco de infección. En una población, independientemente del tamaño, cualquier instalación problemática supone un riesgo potencial de infecciones gastrointestinales para toda la ciudad.

Características del retrete

Tipos. De campo abierto, corral (rural), letrinas cuarteleras (con fama de inmundas y malolientes), de vivienda y públicos (restaurantes, aeropuertos, etc.). Los dos últimos con agua potable, útiles de aseo, etc., son los más seguros.

Funciones. Son frecuentes el maquillaje, lectura y actividades manuales: periódico, móvil, tele-trabajo y las de allá cada cual. De aquí la importancia del espejo, WiFi y   diseño de la taza o “trono”. Las funciones propias del retrete se refieren a la evacuación de excretas fisiológicas (5-10 veces diarias) y patológicas según características. Estas últimas son la más importantes sanitariamente, especialmente las diarreicas. Las causas de las diarreas son variadas: intolerancias alimenticias, medicamentosas, tras cirugía abdominal y las preocupantes toxi-infecciosas. Las de infecciones transmisibles, víricas, bacterianas o parasitarias, son las que justifican el presente artículo.

La vergonzante sociología del retrete

Se puede comprobar en las delicadas relaciones del lenguaje. Salvo los  profesionales sanitarios, que por costumbre y obligación deben familiarizarse con la jerga, en los demás ambientes entraña un cierto riesgo. Comente en una velada la intención de ir a mear o cagar y será tachado de procaz, grosero, ordinario, soez o provocador. Los eufemismos son numerosos pero efímeros porque el concepto escatológico es muy personal, depende sobre todo de la tolerancia del receptor. Rápidamente pasan a engrosar la larga relación de  sinónimos, como los ejemplos citados a continuación.

Retrete. En pocos restaurantes verá la indicación de retrete; da mala imagen. También se suelen evitar términos como: letrinas, mingitorio, urinario, evacuatorio, water, inodoro o escusado. Tienen mejor imagen: baño, aseo, servicio, lavabo, toilette, tocador o sanitarios. Pero conviene preguntar y tener cuidado con el significado. En un hospital, por ejemplo, es arriesgado confundir los servicios y los sanitarios.

No es extraño que los procaces y escatológicos eufemismos y sinónimos se retroalimenten con todo lo relacionado directa o indirectamente en el retrete.

Orinar: mear, miccionar, evacuar, hacer pis, pipí o aguas menores, desaguar, desbeber, excretar, mojarse,…Defecar (cacas, heces, excrementos): cagar, jiñar, descargar, deponer, emporcar, evacuar, hacer de vientre, hacer de cuerpo, tirar el pantalón,…Se puede enriquecer la relación con los pedos, ventosidades, cuescos, tuscos, punes, gases y otros términos malolientes.

En patología, la diarrea  tiene sinónimos populares como: cagalera, colitis, cólico, descomposición, disentería, andar suelto, curtiera, churrete, cagarse la pata abajo, cacasuelta, etc.  Solo con la palabra diarrea, el diccionario médico Dorland registra 42 entradas y  una edición del Mandell recogía 30 sinónimos de diarrea del viajero.

La jerga escatológica se incrementa con los abundantes términos de dudoso gusto sobre anatomía genital y demás intimidades. Nalgas, culo, posaderas, pompas, cachas, pandero, partes pudendas, sus partes, horcajadura, paquete, cojones, coño,  vergüenzas, concha, asunto, chichi, conejo, son ejemplos de una interminable relación.

Una seria complicación ha surgido con el lenguaje inclusivo de retreta-o-e en la separación de señoras, caballeros y los demás. El ingenio desplegado con iniciales, dibujos o señales enigmáticas, exige la correcta traducción cuando se llega con el urgente tenesmo o apretón. Con frecuencia encontramos la desagradable solución en el cartel de “Retrete averiado. Lo sentimos”. Cualquiera podría recordar sus apretones en las colas del avión, en el descanso de conciertos y teatros, etc.; no es vida para prostáticos. El tenesmo, necesidad súbita e incontenible de orinar o defecar, hace frecuentes estragos personales. Y cuidado, “No dejar a nadie atrás”, lema de la ONU para 2.019, debe interpretarse con precaución.

Aunque parezca chocante, en la literatura y en los medios de comunicación, espacios y términos como los descritos aparecen constantemente aportando un peculiar estilo. Recuérdese que los gamberros grafitis de los retretes públicos se consideran precursores del discutido arte urbano.

También importa el tema desde el punto de vista económico. Cada euro invertido se multiplica por 10 en ahorros sanitarios y productividad laboral, además de otros beneficios intangibles de calidad de vida. No en vano, los retretes de las lujosas mansiones “villameonas” simbolizan la mejor expresión de lujo y bienestar.

Pero sobre todo, es importante la comprensión y complicidad del personal sanitario con los potenciales enfermos, cualquiera que sea su lenguaje o preparación.

Sobre el autor

Médico, fue profesor de varias universidades españolas donde trabajó sobre: diagnóstico, nuevos antimicrobianos, modelos de cultivo continuo y arquitectura de poblaciones bacterianas. Su labor se plasmó en numerosas publicaciones científicas, libros y artículos de divulgación. En Esfera Salud, sus artículos de divulgación sobre historia y actualidad de la Medicina, están dirigidos al público interesado en temas de Salud.

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