Poliomielitis

Poliomielitis. Agridulce Victoria Sanitaria

Tras la erradicación de la viruela, todo el mundo estuvo de acuerdo en el siguiente objetivo: la eliminación de enfermedades como la poliomielitis. En la medicina, como en la guerra, las victorias nunca son totales; siempre dejan secuela.

La polio fue una tragedia para muchas familias con todos los ingredientes. El escenario era demoledor: afectación de niños y adolescentes, pronóstico imprevisible, la terrible complicación respiratoria, supervivientes con vida casi hospitalaria y múltiples intervenciones quirúrgicas. La actual ausencia de polio infantil, frente a los adultos supervivientes con secuelas de la enfermedad, atestiguan el triunfo de la Medicina. Parece que asistimos al silencioso y aparente final de la polio, pero debemos ser cautos y evitar sorpresas antes de olvidar este desgraciado capítulo.

Características

Los poliovirus, responsables de la poliomielitis, están compuestos por ácido ribonucleico y una proteína de cubierta que permite diferenciar los poliovirus tipo 1, 2 y 3, frente a los que se prepararon las vacunas.

Se transmiten por mecanismo oro-fecal: manos sucias, agua y alimentos contaminados. Se replican en intestino produciendo cuadros asintomáticos o digestivos leves y se eliminan por heces. En algunos enfermos se diseminan llegando al S.N.C.; entonces da lugar a la poliomielitis (inflamación de la médula espinal). Las manifestaciones, de parálisis y atrofias musculares de alguna extremidad, alcanzan su máximo dramatismo cuando el niño padece la afectación de los músculos respiratorios. Sin tratamiento etiológico de la enfermedad, el éxito de su control se debe principalmente a las vacunas.

Epidemiología

El drama del 0,1 %”

 Es una enfermedad con referencias muy antiguas. Pero hasta finales del XIX y principios del XX no se registraron brotes epidémicos, que se relacionaron con la creciente industrialización y expansión urbana. La década de los 50 fue la más problemática en todo el mundo. En USA, solo en 1.952, murieron de polio más de 3.000 niños y otros 20.000 quedaron paralíticos. Y así cada uno o dos años en los brotes de verano-otoño.

La infección asintomática afectaba a la mayoría de la población infantil susceptible (95 %) y la enfermedad intestinal leve a no más del 4-5 %. El cuadro de poliomielitis solo al 0,1 % de los infectados, pero suficiente para visualizar el drama de la muerte o parálisis infantil.

En España se anotaron brotes en Valls (1896), Castilla (Salamanca, Valladolid-1910), Valencia (1911), Barcelona (1917), etc. La principal documentación se recoge de brotes sucedidos desde 1.930, sobre todo tras la guerra civil, de Madrid y otras grandes ciudades. El peor año correspondió a 1.958, con tasas de incidencia de 6,9 y de mortalidad de 1,07 por cien mil habitantes. En 1964, la introducción de la vacunación regular en la edad infantil produjo el “milagro” en menos de un año. Descendió la tasa de morbilidad y mortalidad a 0,19 y 0,13 por cien mil habitantes respectivamente. Fue un espejismo; el triunfalismo condujo a campañas inadecuadas, rebrotes y un incremento de la incidencia hasta 1.969.

En 1.988 se diagnosticaron 350.000 casos de polio paralítica y ningún nuevo caso en España, como en la mayoría de los países desarrollados. La OMS declaró a Europa, y por tanto a España, libre de polio en el año 2.002. Los casos actuales de parálisis poliomielítica en el mundo se reducen a unas decenas de casos nuevos en países como Camerún, Nigeria o Etiopía.   

Las vacunas

Desde el principio, el mundo esperó de la ciencia una solución al drama de los niños. El desconocimiento sobre el virus no debía obstaculizar la preparación de una vacuna. La experiencia con la antivariólica y la antirrábica de Pasteur lo atestiguaba. Por eso no se entendían los numerosos y decepcionantes intentos. Debimos esperar al año 1.949 para que Enders, Weller y Robbins, galardonados con el Nobel en 1.954, cultivaran el virus en el laboratorio.

Disponiendo de una suspensión de virus, era más fácil preparar una vacuna. En poco más de 4 años, un record para la época, Salk anunció una vacuna con virus muertos en 1.955.  Enseguida Sabin informó de sus trabajos con una vacuna atenuada que finalmente  vería la luz en 1961, con muchas ventajas teóricas sobre la anterior.

La batalla de Madrid

Así denominada en un artículo de JoséTulles.

El influyente pediatra Bosch Marín inició la vacunación en 1957 con unos lotes de Salk cedidas por Canadá, no se sabe cómo. A pesar del escaso número de niños inmunizados, los resultados fueron muy buenos. Ese año, Pérez Gallardo, virólogo, estudiaba la polio, defendiendo el fenómeno de Payne (a mayor nivel sanitario, más aumento de casos).

En el V Simposio Europeo de Poliomielitis (Madrid, 1.958) chocaron los dos. Para el 1º, la vacunación, en su experiencia era la única solución y nos situaba sanitariamente al  nivel de los mejores. Pérez Gallardo pasó por alto los resultados aportados por Bosch, defendiendo sus datos epidemiológicos como premonitorios de lo que se avecinaba. Los 10- 15 años siguientes años fueron los peores en España. Muy pronto apareció la vacuna atenuada Sabin, defendida desde el principio por Pérez Gallardo, que siguió muy crítico contra las iniciativas de Bosch. La guerra estaba declarada.

 Al lado del pediatra se posicionaron Cano Díaz, Rodríguez de Alarcón y Alonso Muñoyerro. Pero la posición de fuerza la aportaba el catedrático Valentín Matilla, con los apoyos de la Facultad de Medicina y la Academia Nacional de Medicina(ANM). Esta plataforma canalizó su plan a través del Seguro Obligatorio de Enfermedad (SOE) dependiente del Ministerio de Trabajo, “prosocial” con influencias falangistas.

 La plataforma de Pérez Gallardo “prosanitaria” contó con Gerardo Clavero, Luis Valenciano, Olaizola, Sanz Ibáñez, Romay Becaría y el propio Sabin, como invitado. Detrás estaban la Escuela Nacional de Sanidad (ENS), el Consejo (CSIC) y la Dirección General de Sanidad (DGS) dependiente de Gobernación (Camilo Alonso Vega). En este grupo ejercía su influencia un sector de militares católicos.

 En esta batalla latían la lucha por el poder de los ministerios de Trabajo y Gobernación y las guerras personales. Los enfrentamientos por la defensa de influencias y privilegios en la Universidad, ANM, ENS, DGS, etc. eran notorios. Destacaba la pública enemistad de Pérez Gallardo con Matilla, que le bloqueó sus aspiraciones académicas y los choques de lo que representaba cada uno.

 A tal punto se llegó, que se buscó un mediador neutral, el catedrático Ciriaco Laguna. Con toda lógica propuso centrar todos los esfuerzos para iniciar la vacuna con la Salk y analizar las ventajas de la Sabin cuando estuviera disponible. No dejó contento a nadie y cada uno siguió a lo suyo.

En 1.963, el SOE anunció un plan de vacunación con la vacuna Salk, gratuita por la beneficencia. Fracasó por la escasez de dosis disponibles y la oposición de Sanidad que debía autorizarlo. Por el contrario, Pérez Gallardo preparó rápidamente una campaña con la Sabin en Lugo y León donde colaboró activamente Rafael Nájera. Se presentó como un rotundo éxito y fue la seleccionada por Romay Becaría en Sanidad.

¿Quién ganó la batalla?

Mientras se discutía si “eran galgos o podencos”, España sufría el aislamiento internacional. Faltaba el suministro adecuado de vacuna Salk y la Sabin estaba en investigación. Cuando la atenuada estuvo disponible, no había presupuesto y Pérez Gallardo, promovió su fabricación en España, que fracasó en poco tiempo. Finalmente se logró el abastecimiento de la Sabin seleccionada para su administración en España como preferente.

 Lamentablemente la falta de participación ciudadana, plantillas, financiación y descoordinación, explicaron que siguiera aumentando la incidencia de la polio hasta 1.969. Habría que esperar a 1.975 para adoptar una estrategia  más eficaz en el control de la enfermedad. Desde el 2.002, como finalmente aconsejó la OMS, se abandonó la Sabin incluyendo la Salk en el calendario de vacunaciones.

 Queda demostrado que en Medicina conviene no imponer criterios personales por obligación. El tiempo se encarga de poner a cada uno en su lugar.

El Día Mundial de la Poliomielitis, 24 de octubre

Por los años 80 se había controlado la polio en los países desarrollados, no así en el resto. En el año79, el Rotary (Club Internacional) financió un plan de vacunación para 6 millones de niños filipinos. Desde 1.988 se unieron a esta “Iniciativa Mundial para la Erradicación de la Poliomielitis” la OMS, UNICEF, gobiernos y Fundaciones. Desde entonces se logró generalizar la vacunación y la erradicación en el mundo con la excepción de algunos países.

El Rotary, apoyado por la OMS, propuso honrar a Jonas Salk, el 24 de octubre de cada año como Día Mundial de la Poliomielitis. Se pretende sensibilizar a la población para no bajar la guardia y mantener la prevención en los calendarios de vacunaciones por varios motivos.

 -Hay zonas donde no se ha erradicado. Hay familias que, por ignorancia o aislamiento social, siguen sin vacunar a sus hijos. Sigue presente la imagen trágica de la enfermedad en supervivientes con sus incapacidades.

Reivindicaciones

Podemos considerar controlada la enfermedad pero las consecuencias de la polio marcaron las vidas de los supervivientes y sus familias. No extraña la indignación con las descoordinaciones, imprevisiones y pasotismo de los políticos de turno y se demanden responsabilidades, aunque sean remotas. El abandono en España, comparada con otros países, llevó a crear (año 2.000) la Asociación de Afectados de Polio y Síndrome Post-Polio. Ayuda a los afectados de polio en la recuperación, integración y reivindicaciones, y también programa la celebración del Día Mundial de cada año. 

Personajes y literatura

De alguna forma han colaborado a mantener viva la necesaria atención frente a la polio. Algunos personajes famosos quedarán asociados a la historia de la Polio por haberla padecido. Recordemos al presidente Roosevelt, la pintora Frida Kahlo, el escritor Arthur Clarke, el cineasta Coppola, el físico Oppenheimer o el violinista Perlman.

Todas las epidemias son fuente inagotable de expresiones artísticas, especialmente literarias, como el caso de la sífilis, tuberculosis o sida. En la polio abundan los escritores en los que la enfermedad fue inspiradora de relatos, algunos llevados al cine. Citemos algunas obras.

 “Yo Claudio” (R. Graves). “Que el cielo la juzgue” (B. A. Williams). “La vida inmortal de Henrietta Lacks” (R. Skloot). “En lugar seguro” (W. Stegner). “Franklin D. Roosvelt” (P. Renshaw). “Secreto de hermanas” (B. Alexandra). Y uno de los mejores relatos: “Nemesis” de P. Roth.

 También en español tenemos algunos ejemplos notables, como “El último día de Terranova” de Manuel Rivas. Con relatos de sus experiencias personales destacan: “El vuelo del alma” de Pilar Pereira y “La cazadora de sueños” de A. N. Brenes.

Paralelismos con COVID

Todo cambia para seguir igual”. Lampedusa

  Comparando la polio con la pandemia actual, resultan familiares numerosos paralelismos de los que se citan algunos ejemplos.

  Muchas infecciones víricas, como polio y COVID, siguen el patrón: “Infección, generalizada; enfermedad, rara; letalidad, excepcional”. Pero la excepcionalidad, por el número de víctimas en términos absolutos, resulta trágica.

  Si a las secuelas de la polio en los supervivientes se hubiera llamado polio persistente, resultaría fácil prever las consecuencias del COVID persistente. Carga familiar, laboral y sanitaria, demandas judiciales, asociaciones de enfermos, etc., Ya lo iremos viendo.

  Como en todas las crisis, la política termina invadiendo todo. Qué parecidos fueron los debates sobre las vacunas en todos los sentidos. Cuántas similitudes podríamos establecer entre la batalla de Madrid y la de todos contra todos en la pandemia de COVID: partidos políticos, Gobierno-Comunidades… Se pueden recordar dos situaciones similares asociadas a dos nombres: Ciriaco Laguna y Emilio Bouza.

  En situaciones epidémicas siempre se desborda la creatividad. Todavía estamos en pandemia y ya tenemos una avalancha de artículos literarios, libros de ensayo, etc. “Vidario del año de la peste”  (J. González / hoyesarte) y “Volver a dónde” (A. Muñoz Molina /Seix Barral) son ejemplos cercanos de diarios literarios.

Sobre el autor

Médico, fue profesor de varias universidades españolas donde trabajó sobre: diagnóstico, nuevos antimicrobianos, modelos de cultivo continuo y arquitectura de poblaciones bacterianas. Su labor se plasmó en numerosas publicaciones científicas, libros y artículos de divulgación. En Esfera Salud, sus artículos de divulgación sobre historia y actualidad de la Medicina, están dirigidos al público interesado en temas de Salud.

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