SIDA y COVID-19

SIDA y COVID-19

Históricamente, los finales y principios de siglo resultan convulsos en Medicina, ya sea por la aparición de epidemias, avances científicos o ambos. Ocurrió con la tuberculosis, el cólera, los descubrimientos de Pasteur y Ehrlich, la gripe, etc. Y también en el siglo XX-XXI, con la particularidad de la sucesión acelerada y coincidencia de acontecimientos como la emancipación del enfermo, el desarrollo de la Biología Molecular o  epidemias emergentes del tipo de la obesidad, la hipertensión, etc.

De las enfermedades infecciosas epidémicas, por su impacto, destaco dos: SIDA y COVID ; la 1ª  surgió al final del siglo con gravedad vigente (OMS dedica el 1 de diciembre de cada año) y la 2ª, de aparición reciente, coincide parcialmente en el tiempo con la 1ª, y ambas declaradas pandémicas.

 Dos problemas con el mismo inicio “conspiranoico”. En el SIDA se cruzaron acusaciones la KGB y la CIA sobre la creación de un  virus “maquinado”; en el COVID-19 se miró hacia el régimen chino.

 Dos acrónimos para un nuevo sistema actual de denominación de enfermedades. No valen los epónimos, que pueden resultar insultantes como: Gay-Related Immune Deficiency (GRID) o “Peste rosa” para el SIDA y “Gripe china”, “Resfriado amarillo” o “neumonía de Wuhan” para COVID. Por consenso se acuerdan los nombres científicos:

Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA); Corona Virus Disease- año 2019 (COVID-19). En la simplificación del acrónimo va implícita gran cantidad de información.

 Dos acrónimos para el mismo fin terminológico en la etiología: VIH, Virus de la Inmunodeficiencia Humana; SARS-CoV-2, Coronavirus 2, productor de la enfermedad  del mismo grupo que el Síndrome Agudo Respiratorio Severo.

 Dos agentes etiológicos de naturaleza vírica pertenecientes a un grupo, que los biólogos todavía no se han atrevido a considerarlos seres vivos, aunque funcionen como tales. Incluso han demostrado ser más “listos” que otros muchos microorganismos patógenos

 Dos virus con el mismo tipo de ácido nucleico en su composición: el ARN, cuya replicación implica más probabilidades de mutar que los virus ADN.

 Dos pandemias que coinciden en una misma época. El SIDA comenzó 36 años antes, pero coinciden en la actualidad, creando una situación inédita que algunos llaman sindemia. Se refiere este término al impacto sinérgico de epidemias simultáneas como la obesidad, o hipertensión con el COVID-19. El SIDA se considera un factor de gravedad para los enfermos con COVID.

 Dos pandemias que surgen de un mismo fenómeno: el salto de especie, desde animales. En el SIDA desde los primates y en el COVID-19 desde los murciélagos muy probablemente.

 Dos enfermedades con mecanismos diferentes de transmisión, pero en ambos casos el contagio principal es directo. Mucosa a mucosa en relaciones sexuales (SIDA) y gotitas de Flügge (COVID-19).

 Dos enfermedades cuya prevención fundamental es mecánica, por profilaxis de barrera: preservativo y mascarilla, con discrepancias iniciales. Recuérdese, en los años 80 y 90, la oposición de amplios grupos religiosos y sociales a recomendar el uso de preservativos. También, al principio de la actual pandemia, se evitaba aconsejar el uso  de mascarillas; en este caso porque ¡no había para todos!

 Dos escenarios con una alta mortalidad en términos absolutos. En las dos, las complicaciones añadidas (tuberculosis,linfoma…) en SIDA; neumonía en COVID) son la causa final habitual de la muerte de estos pacientes.

 Dos procesos que provocaron la misma estrategia: dedicar todos los recursos, habidos y por haber, en la investigación de un tratamiento y una vacuna con resultados diferentes. El SIDA dio lugar al mayor desarrollo conocido de antivíricos. Más de treinta, frente a los dos o tres de la era preSIDA. En COVID la carrera es por las vacunas: cientos de proyectos, decenas de vacunas están en diferentes fases de investigación, algunas ya en producción.  

 Dos pandemias que coinciden en suponer importantes repercusiones éticas sociopolíticas y económicas. En ambas enfermedades hemos oído decir hasta la saciedad: “las cosas ya nunca serán como antes”  

 Dos situaciones  que se inician con evidente pánico social, pero los que se creen protegidos  (inmunidad, curados, o vacuna en ciernes,) pierden el miedo y la conducta solidaria. La pérdida de miedo y el olvido son causas comunes de recrudecimientos epidémicos.

 Dos enfermedades que llegaron con la misma “vocación”: ¡quedarse!.

SIDA y COVID-19

La OMS (ONUSIDA) dedica el día primero de Diciembre de cada año a la Lucha contra el SIDA. Su importancia puede estar en entredicho por la batalla diaria que se libra actualmente frente al COVID. Sería un error.

Debemos tener presente su impacto, que lo podemos expresar con algunos datos:

  •  33 millones de muertes por la pandemia de SIDA. En el año 2.019 fallecieron 690.000 personas y se había fijado el objetivo de reducir el Nº a 500.000 en el año 2.020. Por la “sindemia” con COVID, se prevé imposible cumplir el objetivo.
  • En España, 60.000 muertes en total, se habían reducido a 423 muertes en 2018. Compárese con la cifra similar de muertes por COVID en menos de un año (45.000, cifra oficial).
  • A finales de 2019, con VIH en el mundo había 38 millones de personas.
  • En España se diagnosticaron 4.000 casos en 2018 y se estima en más de 140.000 el número de portadores.
  • El presupuesto para el año 2.020 fue de 18 mil millones de $, aunque se hubieran necesitado unos 26 mil millones. No tenemos datos del cumplimiento presupuestario, pero con la irrupción de la pandemia de COVID, nos tememos el peor de los escenarios.

Sobre el autor

Médico, fue profesor de varias universidades españolas donde trabajó sobre: diagnóstico, nuevos antimicrobianos, modelos de cultivo continuo y arquitectura de poblaciones bacterianas. Su labor se plasmó en numerosas publicaciones científicas, libros y artículos de divulgación. En Esfera Salud, sus artículos de divulgación sobre historia y actualidad de la Medicina, están dirigidos al público interesado en temas de Salud.

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