mitología médica

Apuntes para una Mitología Médica

¡Tenemos la mejor Medicina del mundo!, propagamos a los cuatro vientos y nos regocijamos en el mito de Narciso. Pero un resfriado en forma de pandemia hizo añicos el espejo y dejó nuestras vergüenzas al aire. No tienen buena prensa los mitos en la actual Medicina basada en la evidencia. Sin embargo, como las leyendas, son pedagógicos, tradicionales y pueden sintetizar la comprensión de complejos problemas frecuentes en Medicina.

Los mitos son relatos que, bajo forma de alegoría, traducen una generalidad histórica, social, física,…o ¿por qué no? médica. ¿Qué mejor relato que una historia clínica? Aquí, el diagnóstico, pronóstico, enfermedad, salud,… son partes de la historia donde las alegorías incluyen símbolos, esquemas, fotografías, metáforas, etc.

Mitología grecolatina

 La vida en sociedad se articula sobre una serie de valores que mantienen un orden general. Son los mitos del poder, libertad, moralidad, leyes, etc., junto a los ritos, ceremoniales y tradiciones (S. Giner y cols. “Diccionario de Sociología”)

Están presentes, bajo diversas formas, en todas las civilizaciones y religiones, aunque en la medicina occidental la mitología grecolatina es la más influyente. Lo prueban los numerosos epónimos como atlas, panacea, proteus, atropina, ecografía, eosinófilo, hipnótico, morfina, higiene, aracnoides, quirófano, afrodisíaco, priapismo o venérea. Hasta el símbolo de la Medicina es el bastón de Esculapio.

  • Mito del ave Fénix, el ave que renace a partir de sus cenizas. Se le asignan propiedades como lágrimas curativas, fuerza, resistencia y control sobre el fuego.

 Estas características se han usado para explicar la resiliencia humana según Jung y la fortaleza con la que reaparece el hombre tras una grave crisis. Los políticos lo han utilizado en la pandemia: “¡Vamos a salir fortalecidos!” (¿De dónde, de las cenizas?). En la replicación vírica, la fase de eclipse supone la desaparición del virus como tal, seguida de la “reaparición” de numerosos virus. Muchos procesos cursan con periodos de silencio o latencia antes de reaparecer o reagudizarse. Es el caso del herpes, varicela-zona,  SIDA, tuberculosis, recaídas en cáncer o periodos interepidémicos. En algunas épocas se alentó la teoría del desaparecer-renacer.

Para S. Ambrosio, el ave Fénix después de arder, reaparece como un  gusano. Éste se aloja en un huevo, como una oruga, antes de convertirse en mariposa y águila celeste. Fue el mito que utilizaron los defensores de los ciclos biológicos y de la generación espontánea (siglo XIX). Servía para explicar la presencia de patógenos en una infección sin existencia previa ni contagio evidente.

  •  Mito de la caja de Pandora. Pandora (curiosa, seductora, irresistible, negligente y frívola) fue creada por Zeus para casarla, como venganza, con el hermano de Prometeo. De  regalo de boda le dio una caja con todos los males del mundo y que no debía abrir nunca. Pero la curiosa Pandora la abrió, como hace frecuentemente en el mundo médico. La negligencia, investigación en un laboratorio, el tabaco, las drogas, las enfermedades, las bacterias, los coronavirus… todo cabe en la Caja de Pandora. La gente se pregunta ¿se abrió en Wuhan la  caja de Pandora de la pandemia?
  •  Mito de Jano. El destronado dios Saturno, para agradecer al rey Jano el refugio en su reino, le convirtió en dios y le dotó de poderes. Representado con dos rostros para ver el pasado y el futuro al mismo tiempo y poder tomar las decisiones más sabias y justas. Mito utilizado en Medicina, especialmente en el análisis de dilemas, anima a los médicos a tener presente ante el enfermo los antecedentes y el pronóstico, indicaciones y contraindicaciones, efectos terapéuticos y secundarios de los fármacos, etc.
  •  Mito (¿o realidad?) del caballo de Troya, famosa artimaña para introducirse en la ciudad fortificada. Permita entrar en una reunión familiar, metro, etc. a un portador o enfermo de coronavirus. Actuará como caballo de Troya. Es la trampa utilizada por los virus para hacerse dueños de la situación.

 Pero hay más aplicaciones. La ingestión de cápsulas con quimioterápicos, cuando llegan al estómago liberan al fármaco que se dirige hacia los enemigos (patógenos-células) para destruirlos. O sistemas más sofisticados de transporte y liberación de fármacos, incluso virus terapéuticos, de manera específica para tumores de difícil acceso. Las cápsulas endoscópicas intestinales son modernos caballos de Troya, funcionarían como verdaderos espías.

  •  Mito de Edipo. Basado en el  vaticinio de un oráculo, según el cual Edipo mataría a su padre, rey de Tebas, y se casaría con su madre. Dio pie a Freud para elaborar el complejo de Edipo: representación inconsciente del deseo del niño hacia su madre con la eliminación del padre. Entonces Jung propuso el de Electra, contrapuesto al de Edipo. Según la mitología, Electra quiso vengar la muerte de su padre matando a su madre.
  •  Mito de Aracne (araña), representado en las Hilanderas de Velázquez. La capaz, a la vez que  engreída y provocadora tejedora, compitió con Atenea por ver quién tejía el mejor tapiz. Venció Aracne,  pero humillando a Atenea, y ésta acabó destruyéndola. Los riesgos de competir por ser el más popular, el mejor médico, investigador, hospital, etc.  cuando falta la humildad, pueden llevar al mito de Aracne. La soberbia suele estropearlo todo, afectando a toda la actividad institucional que, al ser multidisciplinar, funciona cual tela de araña.  
  •   Mito del talón de Aquiles, el principal héroe de la Guerra de Troya. Al nacer, su madre, para volverle inmortal le sumergió en el río sujetándole por un tobillo. El talón, que no tocó el agua, fue la parte vulnerable. Finalmente murió al recibir en el talón el disparo de una flecha envenenada.

 El tendón más grueso y fuerte puede romperse con más frecuencia de la deseada. De ahí su paradójica debilidad. El atleta más prometedor puede acabar con su futuro en un salto o esfuerzo sin aparente importancia. También se cuenta entre los efectos secundarios de algunos fármacos. Cualquier crisis  médica puede activar puntos débiles o  “talones de Aquiles”. En la pandemia los hemos visualizado en la gestión, falta de profesionales, UCIs, seguridad, etc.

  •  Mito de la espada de Damocles. Refirió Cicerón el lance del cruel y desgraciado Dionisio, ante los elogios de Damocles a su buena vida. Le invitó a sentarse en su silla frente a una opípara comida, que el invitado disfrutó hasta percatarse de la crueldad del anfitrión. Había colgado sobre su cabeza una espada sujeta por un fino hilo. La salud pende de un hilo, es efímera. En un instante se puede torcer un buen pronóstico y el riesgo por accidente, error de cálculo o mala praxis, acechan permanentemente. Cada uno tiene la espada de Damocles sobre su cabeza.
  •  Mito de los trabajos de Sísifo. Los dioses le condenaron  por su astucia a la ceguera y al absurdo trabajo de empujar una gran piedra montaña arriba. Luego volvía a rodar ladera abajo, para volverla a empujar de nuevo, y así a perpetuidad. Camus lo utilizó para explicar el sinsentido de la vida y la justificación del suicidio. Es la dinámica del desesperante tratamiento de enfermedades metabólicas, degenerativas, crónicas con recaídas (diabetes,cáncer, ELA, EM, etc.). Es la misma sensación ante los ¿inútiles? y reiterados esfuerzos para acabar con las epidemias (y oleadas), que inevitablemente reaparecen bajo diversa manifestaciones.
  •  Otros mitos, menos populares, se han relacionado en la literatura con situaciones médicas concretas. En Los cantos de Sirena los marineros embrujados acababan ahogados. Referido en enfermedades de transmisión sexual y problemas de adicciones. Otro ejemplo es el síndrome de Penélope relacionado con el olvido, durante el sueño de la noche, de todo lo aprendido por el día.

Mitos cristianos

  Son más frecuentes los proverbios y las parábolas moralizantes, que son polisémicas, con múltiples interpretaciones. Los mitos, de los que referimos algunos, se han utilizado menos que los grecolatinos.  

  •  Mitos sobre el origen de la vida. Todas las grandes religiones, parten de un dios todopoderoso y creador de vida (animales,  hombre-mujer, pecado-enfermedad). Son citas obligadas para el desarrollo de las actuales teorías sobre el origen de la vida. Algunos ejemplos actuales son: el papel de los compuestos de carbono, ácidos nucleicos (la biología molecular) y las bacterias como primeros elementos vivos. Otros son las teorías de Darwin, de la endosimbiosis (Margulis), o la Eva mitocondrial, ancestro común femenino de la actual población humana.
  •  Mito de los 4 jinetes del Apocalipsis. De los cuatro, los que representan la guerra (rojo), el hambre (negro) y la muerte (bayo), han estado presentes en las mayores tragedias sanitarias. Las heridas,  muertes, violaciones, pobreza y consecuencias indirectas de las guerras desbordan todos los recursos sanitarios. El hambre, que se suele cebar en los más vulnerables, conduce inevitablemente al cuarto jinete. Éste se suele identificar con las pestes. En los medios se hace habitual alusión al COVID, a la mortalidad, etc. como apocalípticas.
  •  Mito del efecto Mateo. “Y el Señor dijo: Al que más tenga, más se le dará y al que menos tenga, se le quitará lo poco que le quede, porque no lo habrá sabido mantener.” No parece casar con el espíritu cristiano por terrible  e impopular, especialmente aplicado a la medicina, donde se cumple casi al 100%. Pone en cuestión los principios de justicia, equidad y solidaridad. En todas las estadísticas salen malparados los pobres y desfavorecidos. Como en la pandemia: El virus se ceba en los barrios pobres de Madrid y Barcelona (noticia del 7-3-2021, otra de tantas)
  •  Los mitos de milagros, son innumerables. Las “Hostias sangrantes”, la “Sangre de San Pantaleón” el “brazo de Santa Teresa” o la “Sabana Santa” son ejemplos relacionados con curas milagrosas…Todavía en las canonizaciones se recurre a la confirmación de milagros ¡sobre todo médicos! El debate está en el papel de la fe, superstición y magia en los mitos de los milagros y poderes curativos de reliquias.

 Es un campo tan atractivo, que se conocen numerosos intrusos en la acción de la Iglesia; de curanderos a Reyes. Se dice de Luis XIV de Francia, que practicó la imposición de manos,”toque del Rey”, sobre la cabeza de escrofulosos (tuberculosos). En 1.701 pasaron por su peculiar consulta 2.400 enfermos. El “toque del Rey” fue costumbre en algunas cortes europeas. No es anómala la percepción de alivio de los enfermos cuando el médico le toma la mano o le de una palmadita. “Algo tendrá el agua cuando la bendicen”, que dice el refrán.

Más mitología médica actual

En Medicina se prefieren los preceptos, aforismos y recomendaciones. Pero se pueden citar algunos mitos poco convencionales, bien es verdad.

 Son frecuentes las referencias a mitos y leyendas de guerras (como la citada Troya) y términos militares. Tenemos el ejemplo de la pandemia; todo se explica con estrategias, tácticas, el virus enemigo, invasión, resistencia, contención, defensa,… Como las guerras, también los mitos de las pestes han originado leyendas que siguen en vigor. Recuérdense “El Decamerón”, la huida de las ciudades, los “apestados” leprosos, tuberculosos, enfermos de SIDA o Ébola. La xenofobia frente a enfermos procedentes de ciudades confinadas o países con COVID, no es ningún mito, es una realidad.

 Las numerosas anécdotas y leyendas de médicos famosos, especialmente de los siglos XIX y XX, se podrían recoger bajo el epígrafe “mito del Ojo Clínico”. Médicos con fama de intuitivos, cuando la realidad se explica por su magnífica preparación y capacidad de observación. Actualmente se debate su compatibilidad con la “Medicina basada en la evidencia”, otro mito actual.

  • El mito de la vida saludable está haciendo furor en la Salud. Se están llevando a un extremo preocupante, actividades como el deporte, la alimentación o la vida al aire libre. Es obligada la pregunta  del periodista entrevistando al centenario: ¿Cuál es la receta para llegar a su edad? Hay obsesión en mejorar las expectativas de vida, buscando la eternidad de los dioses o, al menos, emular la leyenda de Matusalén.
  •  El mito de los miasmas o efluvios invisibles malignos, causa de las enfermedades transmisibles, es el más popular. Cuando en el siglo XIX se descubrieron las bacterias patógenas, todos los agentes transmisibles empezaron a recibir la denominación general de virus. En los años 30, con el descubrimiento de los virus como nuevos agentes, quedó obsoleto el romántico término miasma. Sería interesante recuperarlo.

 Los virus son elementos casi indetectables que infectan células de organismos superiores. Se replican con inusitada rapidez,  adueñándose de la organización celular para cambiarle sus funciones en provecho propio y se diseminan fácilmente. Este mito, realidad médica, es de aplicación transversal al mundo de la informática. Las características de los virus informáticos son superponibles a las de los virus patógenos. Lo mismo ocurre con el concepto “viral” en el campo de la comunicación: “Se dice de un mensaje o de un contenido, que se difunde con gran rapidez en las redes sociales a través de Internet”

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Sobre el autor

Médico, fue profesor de varias universidades españolas donde trabajó sobre: diagnóstico, nuevos antimicrobianos, modelos de cultivo continuo y arquitectura de poblaciones bacterianas. Su labor se plasmó en numerosas publicaciones científicas, libros y artículos de divulgación. En Esfera Salud, sus artículos de divulgación sobre historia y actualidad de la Medicina, están dirigidos al público interesado en temas de Salud.

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